Es
mi gloria mi esperanza,
es
mi vida mi tormento,
pues
muero de lo que vivo
y
vivo de lo que espero.
Espero
gozar mi vida
en
la muerte que padezco,
y
en cada instante que vivo
un
siglo forma el deseo.
Deseo
morirme, y cuando
efecto
juzgo mi afecto,
la
muerte traidora huye
para
dejarme muriendo.
Muriendo
vivo y me aqueja
el
dolor de no haber muerto,
que,
ausente del bien que adoro,
ni
salud ni vida quiero.
Quiero
en las aras de amor
sacrificar
mis alientos,
y
como el vital no rindo
por
rendirlo desfallezco.
Desfallezco,
gimo y lloro,
y,
triste tórtola, peno,
siendo
tristes mis arrullos
índice
de mi tormento.
Tormento
que me reduce
a
llegar a tal extremo,
que,
sin admitir alivio.
lágrimas
son mi sustento.
Fuente:
Parnaso venezolano.
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La edición es mía.
Photo via VisualHunt.com
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