El gato, de Luisa Luisi



Un gato gigantesco se pega a mi costado
y clava en mí sus ojos dorados e inquietantes;
en mi flanco desliza su caricia taimada
de sedas inmediatas y garras inminentes.

Apunta a las estrellas una rígida cola,
como un dedo extendido que señala un destino;
y eléctricas descargas erizan su pelambre
y encienden sus pupilas de luz fosforescente.

Llevo contra a mi cuerpo, frotándose a mis piernas,
el tremendo misterio de su intención oculta;
y el miedo a mis tobillos aprieta sus grilletes
cuando levanta el gato su pálido maullido.


Fuente: Polvo de los días.
** La edición es mía.

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