El sol, de Adelina Mariño



Del sol bendigo el luminoso rayo,
que quizá va marcando mi destino…
Luz divina que das al peregrino
pomas rosadas en el fértil mayo.
Quiero tu luz para alumbrar mi senda
cegada por el oro de tu gloria…
De tu gloria sin par, que abrió en la Historia
mundo generoso de leyenda.
Quiero envolverme en tu dorado manto,
ofrendarte el lirismo de mi canto,
y en el claro alborear de una mañana,
si audaz te acercas a mi tibio nido,
sentir que tu caricia me ha dormido,
al penetrar sutil por mi ventana.

Fuente: Poetas jóvenes cubanos.
** La edición es mía.

Photo via VisualHunt

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