En
una nota anterior presentamos a Alejandrina Benítez, una de las dos únicas
mujeres cuyos escritos fueron incluidos en Aguinaldo
puerto-riqueño, que vio la luz en 1843; la segunda escritora fue Benicia
Aguayo, de quien hablaremos en la entrada de hoy.
Pese
a la importancia de dicha publicación, que fue el primer libro dedicado en
exclusiva a autores puertorriqueños, Aguayo ha quedado en el olvido. No se sabe
su fecha de nacimiento ni de muerte, ni se conoce algún otro escrito suyo,
fuera de
la plegaria dedicada a la Virgen María que, por alguna razón, recibió el visto bueno de
los editores de dicha antología y logró pasar a la posteridad. Hoy, hasta donde tenemos noticia, de Aguayo
no queda sino su nombre y la composición en prosa que ofrecemos a continuación.
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