El siguiente poema es, como su nombre lo indica, una adivinanza. Su autora fue la escritora y periodista peruana Manuela Villarán de Plascencia, quien lo leyó en una de las famosas veladas literarias organizadas entre 1876 y 1877 por la también escritora Juana Manuela Gorriti, una de las más destacadas escritoras de la Argentina decimonónica -ya hemos dicho algo sobre ella en este blog-. A estas veladas solían asistir numerosos miembros de la élite intelectual y cultural de la época.
La charada que a continuación presentamos fue resuelta por otra escritora, Mercedes Elespuru Laso de la Vega, de quien daremos a conocer algunos poemas más adelante en este blog. Para no arruinar la sorpresa, añadimos la respuesta a la adivinanza en letras en blanco entre corchetes rectos, justo al final del poema.
Todo
mortal practica mi primera [pista: se refiere a la sílaba]
aunque no quiera,
salvo
el que de un sentido esté privado
que es un ser desgraciado.
Mi
segunda en la escala han de encontrar
casi en postrer lugar,
y
el que no sea en música entendido
que se dé por vencido.
Mi
tercia la ejecuta un generoso
siempre alegre y gustoso,
y
un acontecimiento será raro
si se ve en el avaro.
Es
mi prima y segunda un combustible
que debe estar visible,
y
una prohibición prima y tercera
que a veces desespera.
El
total es un centro de alegría,
belleza y armonía;
quien
no sea capaz de descifrarla,
no merece gozarla.
[Solución: VE-LA-DA]
Fuente: Veladas literarias (1892).
** La edición es mía.
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