¡Adiós!
Adiós, antorcha luminosa,
ya
va a alumbrar nueva región tu luz,
y
a arrancar, siendo aurora de otro mundo,
a
sus tinieblas tristes el capuz;
y
mañana al volver serás el alba
que
vida prestarás y claridad,
y
esa región inmensa que alumbrabas
sumida
quedará en la oscuridad.
Así
es la vida, ¡oh, sol! Así radiante
como
tu hermosa aurora ella brilló
en
los dorados sueños que forjaba
mi
tierna juventud que, ¡ay!, ya pasó.
Mis
sueños juveniles, ¿dónde fueron?
Mis
gratas ilusiones, ¿dónde están?
Cual
tus bellos colores desaparecen
y
en el mar del olvido se ahogarán.
Y
entonces solamente en mi memoria
hallaré
los recuerdos de un ayer,
melancólico
y dulce, cual los tintes
con
que bañas el cielo al fenecer.
Fuente:
Álbum poético fotográfico de las
escritoras cubanas (1868).
**
La edición es mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario