Los celos, de Belén Cepero




Como la flor que derramando olores
presenta al mundo su feliz belleza,
y el violento huracán con cruel rudeza
destruye sus perfumes y colores;
así a impulso brilló de los amores
revestida mi frente de grandeza:
fue mi ilusión la antorcha de pureza
que alejaba de mí los sinsabores.
Mas, ¡ay!, que en breve un desengaño impío
mi ventura y placer torna en desvelo,
desgarrado gimiendo el pecho mío.
Clemencia en vano pídole a los Cielos,
que cubre el corazón manto sombrío
al crudo golpe de furiosos celos.


Fuente: Suspiros del alma (1863).
** La edición es mía.


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