Tiempo, de Jesús Laparra




Tiempo, que inclemente talas
la juventud, la belleza,
la alegría, la riqueza,
y de la naturaleza,
las más esplendentes galas;

y en tu furiosa corriente,
arrebatas las pasiones,
los imperios, las naciones.
y las bellas ilusiones
de la niñez inocente:

Tú, que al peso de tu planta,
marchitas la edad primera.
blanqueas la cabellera;
y a la joven hechicera
doblas la gentil garganta…

Tú, que apagarás un día
con tus pasos destructores,
de ese sol los resplandores:
Vuela, ¡oh, tiempo!, y los dolores
llévate del alma mía.


Fuente: Ensueños de la mente (1884).
** La edición es mía.



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