Mi único amor, de Carolina Febres Cordero




Fuego es mi corazón, fuego mi mente,
y fuego abrasador es mi suspiro;
en cuanto me circunda, en cuanto miro
encuentro del amor la llama ardiente.

Mas no el conjunto vario y esplendente
que ofrece el orbe en su incesante giro,
puede brindarme el bien a que yo aspiro
ni apagar esta sed que mi alma siente.

Tú ves mis ansias. Dios, y me concedes
que se encuentre cautivo el pecho mío
del más sublime amor entre las redes.

Tú de mi alma llenas el vacío,
Tú eres todo mi bien, tú solo puedes
ser eterno señor de mi albedrío.


Fuente: Antología ecuatoriana. Poetas (1892).
** La edición es mía.

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