Las enredaderas, de María Collado Romero





Bordan sus festones las enredaderas
en los descarnados muros de las ruinas,
poniendo el encanto de las primaveras
entre las columnas sus anchas cortinas.

Tapizan el suelo donde las baldosas
dicen con sus grietas su decrepitud;
en los ventanales se trepan curiosas
con la impertinencia de la juventud.

Convierten las puertas en arcos triunfales
con su caprichoso y extraño arabesco,
de brillante alfombra cubren los umbrales
y en los techos fingen pinturas al fresco.

Uniendo sus ramas entre los pilares
una gruta forman en el cenador,
mullidos cojines dan a los sillares
que desaparecen bajo su verdor.

¡Oh, preciosas plantas, ágiles y bellas,
que doquiera prenden su radiante manto,
red donde se engarzan flores como estrellas,
toldo que las ruinas cubre con su encanto!


Fuente: Poetas jóvenes cubanos.
** La edición es mía.



Photo credit: emilianohorcada via Visualhunt.com / CC BY

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