Al Tiempo, de María M. Browne




Tiempo implacable, que en veloz carrera
pasas dejando lacerada el alma,
y destrozando con tu mano fiera
amor, ternura y venturosa calma.
Tú que en constante, eterno movimiento,
sigues tu marcha desoyendo el llanto;
tú que ríes, ¡cruel!, del sufrimiento,
desplegando sobre él tu espeso manto:
tú que te muestras fiero y obcecado,
al llanto aterrador del alma herida,
detén tu paso… genio despiadado;
por un momento tu misión descuida.
Quiero que veas el obscuro abismo
do el hado negro de mi suerte impía,
al hacerse la sombra de sí mismo,
ha sepultado la existencia mía.
Detén tu vuelo, ¡oh, Tiempo!, y luego… ¡olvida!
Sí, olvida que mi espíritu cansado,
al recordarte su ilusión querida,
con sus ayes tu marcha ha dilatado.


Fuente: Poetisas mexicanas.
** La edición es mía.

Photo via Visual Hunt

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