El progreso, de Consuelo Fenochio






El cierzo del invierno sopla triste;
el vapor que del mar sube, condensa;
desciende luego la neblina intensa,
y parece que solo niebla existe.

Después el temporal dura y persiste,
hasta que aquella mole obscura y densa,
blanco sudario de extensión inmensa,
al majestuoso sol ya no resiste.

Lo mismo es la ignorancia en esta vida;
que cuando al ser humano ofusca aleve,
su actividad dejando adormecida,

vacila, pierde fuerza, tarda mueve
sus negras alas, y huye confundida
ante la luz del siglo diez y nueve.


Fuente: Poetisas mexicanas.

** La edición es mía.

Photo via VisualHunt.com

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