Íntimas, de Josefa Murillo



No te quejes, corazón,
de la pena que te hiere:
el que vive de ilusión
desengañado se muere.

Y era ilusión, era un sueño
como el amor, la amistad…
¡En este mundo pequeño,
el mal tal solo es verdad!

Nada busques ya en el mundo
en que pagaron con dolo
tu cariño profundo;
vente a vivir triste y solo.

Y jamás, entusiasmado,
sueñes dichas, corazón;
que muere desengañado
el que vive de ilusión.


Fuente: Homenaje a la inspirada poetisa tlacotalpeña Josefa Murillo (1899).
** La edición es mía.

Photo via Visual Hunt

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