Recuerdo de Quito, de Ana Gortaire




En vano quiero, patria bendecida
sin la luz, sin el fuego de tu sol.
hacer que brote mi olvidada lira
notas de bendición, notas de amor.

Hay de tu cielo un ósculo en mi frente;
aún siento de tus brisas el vaivén;
mis ojos fascinados quieren verte
y en tu seno sus lágrimas verter.

Niña, jugar solía allá en tus pampas
con el placer que la inocencia da;
¡recuerdos infantiles que no pasan
y que a la tumba inmaculados van!

¡Ay! Con dolor al recordarte siento
una oculta, tristísima ansiedad,
porque la muerte, con horror supremo,
cortó una vida y extinguió un hogar!

El hogar de mis padres que ostentaba
tanta noble virtud y amable paz;
aquel donde mi mano fue estrechada
al recibir la bendición nupcial…

Mas, perdóname, ¡oh, patria!, no debiera
con incautos recuerdos de dolor
mezclar tu imagen, de fulgores llena.
ya que otro hogar me ha concedido Dios:

Hogar que arrulla el Cauca rumoroso,
en la histórica y noble Popayán;[1]
bendito asilo, celestial tesoro.
donde la luz de mi esperanza está.


Fuente: Antología ecuatoriana (1892).
** La edición es mía.

Photo via VisualHunt



[1] Asunción de Popayán, municipio de Colombia.

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