A una estrella, de Dolores Guerrero



No sé qué encanto misterioso y bello
tiene tu luz, estrella diamantina,
que al contemplar su vivido destello,
el fuego del amor en mí germina.
Tus dulces melancólicos reflejos
me recuerdan la luz de una mirada,
que brilla ahora de mi lado lejos
y está en mi mente sin cesar grabada.
Mil veces en el agua de la fuente
retratada miré tu faz divina;
brillabas más hermosa, más luciente,
resbalando en la tela cristalina.
De la selva también en la espesura
he admirado tus vivos resplandores;
allí me pareciste blanca y pura
cual primera ilusión de los amores.
En las horas de triste desaliento,
en que el alma abatida sufre y llora,
cuando la vida es hórrido tormento
que oprime el corazón y lo devora,
fijo mis ojos en el ancho cielo
salpicado de bellos luminares,
y en tu vivo fulgor hallo el consuelo
que mitiga mis íntimos pesares.
Porque tu luz, estrella peregrina,
no sé qué hechizo encierra misterioso,
que adormece la mente y la fascina
cual dulce ensueño de un amor dichoso.
Nunca me robes tu fulgor divino;
sé de mi vida luminosa guía,
y ya que es triste mi fatal destino,
sé tú un consuelo para el alma mía.


Fuente: Poetisas americanas.
** La edición es mía.

Photo credit: fdecomite via Visual Hunt / CC BY

No hay comentarios:

Publicar un comentario