A
mi querida amiga Lucrecia Borgoñó
¿Quién
compra?
Yo
vendo
claveles nuevos
de Pascua,
que me han
llegado del cielo.
¡Claveles!
¡Muchachas,
claveles nuevos!
Yo
soy una jardinera
que
sólo trece años cuento,
y…
ya los mozos me han dicho
que
tengo los ojos negros.
Dicen
que soy muy garbosa;
que
tengo mucho salero
y
que estoy para comerme…
¡Vamos,
eso no les creo!
¡Claveles!
¡Muchachas,
claveles nuevos!
Dice
el cura de mi aldea
que
a la Virgen me parezco,
y
que él me diera un manojo
de
claveles por un beso,
para
que yo se los lleve
a
la Reina de los Cielos;
pero…
son trampas del cura.
¿Y
yo que se las entiendo?
¡Claveles!
¡Muchachas,
claveles nuevos!
Del
barrio de las palmeras
el
alcalde, que es un viejo,
quiere
comprarme claveles,
pagándolos
a buen precio;
mas,
yo he jurado a su casa
no
volver desde que el perro
del
alcalde, si no grito,
me
manda, ayer, al Infierno…
¡Claveles!
¡Muchachas,
claveles nuevos!
Aquí
está la misma pobre
huerfanilla
de ojos negros
que
trajo, el año pasado,
claveles
por este tiempo.
¡Ya
se va la jardinera
que
vende a cinco por medio;
venid,
venid a comprarlos,
que
son claveles del cielo!
¡Claveles!
¡Muchachas,
claveles nuevos!
Lima,
mayo de 1887
Fuente:
El Perú Ilustrado.
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La edición es mía.
Photo credit: Vvillamon via VisualHunt.com / CC BY-SA
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