Versos de astronomía, de Rosa de Araneda



El sol hace su carrera
por el frente del ecuador,
girando hacia alrededor
en la línea de la esfera.
Cuando asoma en el oriente
el blanquísimo farol,
muestra sus rayos el sol
alumbrando el occidente.
Se ve claro y transparente,
como si no se moviera;
la luz pálida y ligera
recorre todo el ambiente;
y para entrarse al poniente
el sol hace su carrera.
            Cuando el día va aclarando
aparece el sol dorado,
entre la nube embargado,
con lentitud caminando.
Los planetas alumbrando,
todos a un mismo tenor
con el brillo brillador
al centro de gravedad,
despejan su claridad
por frente del ecuador.
            Demuestran tres movimientos
en su misma elevación:
hacen su derrotación [sic]
sobre sólidos cimientos;
giran con sus modos lentos
para tomar el calor;
bajan de lo superior
cometas de buen tamaño;
aparecen de año en año
girando hacia alrededor.
            En el cuarto firmamento
está el sol estacionado
por el zodiaco rodeado,
fecundizando el portento.
Dos rayos con gran contento
Alumbran la Tierra entera;
Dios hizo porque se viera
Satélites y cometa
visiten nuestro planeta
en la línea de la esfera.
            Al fin, los más principales
planetas que se atesora,
los que hay contando hasta ahora
son treinta y cinco cabales;
los sabios dan las señales
con un estudio sin par,
por si pueden alcanzar
las estrellas en razón,
para ver qué tantas son:
no se han podido contar.


Fuente: El cantor de los cantores (1893).
** La edición es mía.



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