El
sol hace su carrera
por
el frente del ecuador,
girando
hacia alrededor
en
la línea de la esfera.
Cuando asoma en el oriente
el
blanquísimo farol,
muestra
sus rayos el sol
alumbrando
el occidente.
Se
ve claro y transparente,
como
si no se moviera;
la
luz pálida y ligera
recorre
todo el ambiente;
y
para entrarse al poniente
el
sol hace su carrera.
Cuando el día va aclarando
aparece
el sol dorado,
entre
la nube embargado,
con
lentitud caminando.
Los
planetas alumbrando,
todos
a un mismo tenor
con
el brillo brillador
al
centro de gravedad,
despejan
su claridad
por
frente del ecuador.
Demuestran tres movimientos
en
su misma elevación:
hacen
su derrotación [sic]
sobre
sólidos cimientos;
giran
con sus modos lentos
para
tomar el calor;
bajan
de lo superior
cometas
de buen tamaño;
aparecen
de año en año
girando
hacia alrededor.
En el cuarto firmamento
está
el sol estacionado
por
el zodiaco rodeado,
fecundizando
el portento.
Dos
rayos con gran contento
Alumbran
la Tierra entera;
Dios
hizo porque se viera
Satélites
y cometa
visiten
nuestro planeta
en
la línea de la esfera.
Al fin, los más principales
planetas
que se atesora,
los
que hay contando hasta ahora
son
treinta y cinco cabales;
los
sabios dan las señales
con
un estudio sin par,
por
si pueden alcanzar
las
estrellas en razón,
para
ver qué tantas son:
no
se han podido contar.
Fuente:
El cantor de los cantores (1893).
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La edición es mía.
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