A mi lira, de Francisca González Ruz





¡Oh, lira! Si el sentimiento
siempre inspiró tus cantares,
no extrañes que en mis pesares
me acerque llorando a ti.
Deja que sobre tus cuerdas
apoye mi débil brazo,
y que dándote un abrazo
pueda sin pena morir.
Deja que te ponga ansiosa
sobre el desgarrado pecho,
y que mil pedazos hecho
te muestre mi corazón.
No, lira, yo no te pido
tus preludios seductores.
¡Ay, no! Perdí mis amores,
mis dichas y mi ilusión.
No pueden engalanarte
las flores de mi existencia,
porque perdieron su esencia
al principio de su abril.
Secas ya, pálidas, mustias,
y por el aire esparcidas,
¡sus tristes hojas caídas
podrán llegar hasta ti!
No, que ha de ser tu preludio
con mis ayes confundido,
remedo fiel de un gemido
que el viento arrebatará.


Fuente: Poesías (1859).
** La edición es mía.


Photo via VisualHunt.com

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