balada
de ensoñación.
Está
muy blanca la luna
y
muy triste el corazón.
Y
aunque el céfiro deslíe
el
perfume de las flores
en
un ambiente de amores,
el
corazón no se ríe.
Y
aunque muy ledo suspira
el
seno de la montaña
como
si un gnomo en su entraña
pulsara
su agreste lira;
y
todos los jazmineros
balancean
su blancura
suavísimos
y ligeros;
y
aunque rueda en los alcores
la
onda movible del viento
cual
si de un pecho el acento
buscara
su eco de amores;
y
como airón de consuelo
atraviesa
blanca nube
el
cristal azul del cielo;
y
aunque sonora la fuente
en
sus perlas desgranando
en
el tazón, dulcemente,
sigue
el corazón llorando.
Le
responde solo un grito
en
melancólico dúo,
el
grito largo de un búho
que
atraviesa el infinito.
Fuente:
Parnaso antillano.
**
La edición es mía.
Photo credit: AlexandreRoux01
via Visualhunt.com / CC BY-NC-ND
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